Dos quilómetros de paseo peatonal, con un tramo con carril-bici, unen los núcleos urbanos de VilagarcÃa y Carril. Frecuentado verano e invierno por un gran número de personas que disfrutan de un paseo por motivos de ocio o de salud. BAutizado por algunos como el Paseo del colesterol bordea la playa ofreciendo al paseante sus encantos al atardecer.
En el camino encontraremos algunos lugares (no recomiendo el Loxe Mareiro aunque sus vistas son formidables dependiendo del dÃa te tratarán a patadas o no) donde tomar alguna cosa y al final, en Carril, las más afamadas marisquerÃas del ayuntamiento (yo recomiendo el restaurante Furruxa del que ya hablaremos en otra ocasión).
La actividad en este paseo se mantiene hasta bien entrada la noche.
Si buscas un lugar tranquilo y encantador con olor a salitre y donde desaparece el sol en un juego de mágia hermoso, este es tu lugar.