Este bar lo encontramos por una página de cupones de oferta y nos llamó bastante la atención por la originalidad que presentaba. Tras verlo, pensé en aquellos bares de hielo situados en ciudades como Londres con las decoraciones de figuras de hielo donde pasar un rato divertido.
Está situado justo al lado de El Retiro en la calle Alberto Bosch 14 a la altura de El Museo del Prado. Con una temperatura exterior de casi 40 grados, cualquier lugar que fuera sinónimo de frÃo serÃa bien recibido. Al entrar te encuentras con un local pequeño con una pequeña sala que sirve como restaurante.
Tras ponernos los abrigos y los guantes, solo querÃamos entrar donde fuera porque mucho tiempo con el abrigo en el exterior podÃa desembocar en mareo seguro. Ahora sÃ, nos condujeron a la cámara de hielo que da nombre al Icebar. Una pequeña sala totalmente helada donde pasabas de estar al borde de derretirte de calor a la congelación.
La verdad es que es bastante acogedor, muy bien decorado, original y divertido donde poder cambiar la rutina habitual. En un principio al no haber nadie, creÃmos que las reservas eran por grupo y tendrÃamos el local de manera privada para nosotros, pero no fue asÃ. HabÃa una pequeña barra, donde nos invitaron a una cerveza con vodka (Sputnik) que más bien tenÃa sabor a clara con limón.
Después de un tiempo ya empieza a hacer frÃo y habiendo visto todo quieres salirte porque tampoco da más de sà la sala. A nosotros nos costó 5€, pero sin la oferta son 10€ que tampoco está mal por vivir una experiencia diferente y original. La anécdota vino al final cuando convencimos a un grupo de turistas de que entraran y muy contentos se lo comunicamos al camarero, pero éste, pareció mostrar poco interés en ello aludiendo a que tenÃan muchas reservas. No entendimos muy bien la polÃtica de marketing. Con todo esto, lo ruskomendamos a todos porque merece la pena.
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