Es un lugar realmente entrañable,para pasar unos dÃas de descanso y de desconexión de "todo".Yo he estado el fin de semana de las ánimas,y no hay mejor lugar,con unos dÃas lluviosos propios de leyendas!!no podeis perderoslo!!
No es dÃficil imaginarse el entorno donde se ubica este monasterio hace varios siglos.
Como muchos de los monasterios gallegos se ubicaba en un lugar donde la vegetación envolverÃa con su manto verde todo el pequeño valle del Arroyo de Armenteira. Escondido entre esa naturaleza y al abrigo del Monte Castrove, se escondÃa este monasterio románico del siglo XII.
A buen seguro su fundación se debió a otro templo más antiguo donde los ermitaños se retiraban para orar.
Tal vez los monjes de San frucuoso habitaran el lugar.
Según la leyenda, Ero, que era un caballero de la corte de ALfonso VII, decidió construir un monasterio ya que asà se lo pide la Virgen en un sueño.
Esto suplirÃa la incapacidad de tener hijos con su mujer.
Un buen dÃa, durante un paseo por el campo por el cual trataba de entender la eternidad, se quedó prendido del canto de un pájaro.
Al acabar de escucharlo se volvió al monasterio.
Su sorpresa fue mayúscula cuando se dio cuenta que ninguno de los frailes que conocÃa estaba allà y todos habÃan sido sustituidos por otros.
La realidad no era esa, sino que habÃan pasado doscientos años desde el canto del pájaro.
El viejo monasterio fue absorbido por el Orden del Cister entre los años 1149 y 1162. Fue cuando cinco años más tarde se construyó la actual iglesia.
La iglesia adopta, pues, la arquitectura austera del cister, por la cual se caracterizaba.
La apotación de maestros llegados de la España musulmana junto con la base románica dará al templo unas caraterÃsticas constructivas únicas.
De planta de cruz latina, destacan sus dimensiones, tanto en ancho como en alto. En la fachada, un rosetón adorna la bella portada formada por varias arquivoltas las cuales se mantienen gracias a las seis columnas embebidas de cada lado.
Sobre el crucero se sitúa el cimborrio, cubierto con una cúpula con nervaduras que se cruzan en el centro, propio del arte Almohade y único caso del arte gallego, donde se demuestra la participación de maestros musulmanes. Un tambor octogonal sostiene esta bóveda.
El interior nos muestra la austeridad ya comentada de la orden. De mencionar es el claustro barroco del siglo XVIII que presenta elementos renacentistas. Este fue restaurado en 1969.
En el siglo XV entrá en épocas oscuras debidó a la rebaja de poder de los monjes en favor de los grandes señores feudales.